Como ciudad que fue, Los Bañales contó con amplias áreas residenciales ubicadas en la ladera sur del cerro de El Pueyo. Así, al margen del edificio singular -seguramente público- que ocupó la cima de dicho cerro -seguramente solar de una aldea prerromana durante los siglos IV y III a.C.- el visitante puede contemplar, siguiendo la subida que se abre sobre la plaza pública, una manzana de viviendas construidas en sillarejo y con sus esquinas y muros medianeros reforzados con notables sillares y, en la parte baja del cerro, junto a las termas, un monumental conjunto de naturaleza doméstica recientemente estudiado.
Abierto a un pórtico de pilares y a una calle empedrada, lo conservado parece corresponder a la parte artesanal de una notable vivienda construida en los comienzos del siglo II d.C. y que, como la ciudad, no debió sobrevivir a la inestabilidad del siglo III d.C. Muy probablemente, la ladera de El Pueyo sobre la que dicho conjunto se ubica debió estar aterrazada para la construcción de viviendas modelo que Roma empleó con éxito en muchas ciudades del Valle del Ebro.
En las afueras de la ciudad, no muy lejos del paso de la vía y en la falda sudoriental de El Pueyo, está documentada una necrópolis de la que se han recuperado varias estelas funerarias y en la que puede verse también una monumental cupa, sepulcro en forma de medio tonel que debió ser el modo de sepultura más elegido por los esclavos y libertos de las ciudades romanas de las Cinco villas.
Si deseáis completar la información sobre este yacimiento, aquí podéis descargar el pdf completo: Los Bañales, ciudad romana
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